Asociación Torrijos 1831 31/05/2025
Con la autorización de la Concejalía de Cultura y Patrimonio de Málaga, y la colaboración de la Academia de Estudios Masónicos, la Universidad de Málaga, Torrijos: Cátedra de liderazgo, debate de valores constitucionales, la Asociación Torrijos 1831, y otros colectivos y entidades; el pasado 30 de mayo, a las 19´00 h. se inauguraron en el Centro de Interpretación Histórico José María Torrijos, las primeras Jornadas de Masonería Filosófica en Málaga, organizadas por el Supremo Consejo del grado 33 para España. La corriente filosófica de los masones se fundó en Inglaterra según el modelo de las asociaciones profesionales medievales, independientes de las corporaciones. En su escudo estaban representados algunos instrumentos del oficio de constructor. Cada uno de ellos mostraba (y muestra), un valor: la escuadra, la equidad; el compás, el círculo del universo; el nivel, el equilibrio; la escalera, el progreso; el libro, el conocimiento… Los masones, basándose en la ayuda mutua y la filantropía, contribuyeron a difundir el espíritu de la Ilustración en Europa.
Un Centro de Interpretación Histórico José María Torrijos, totalmente lleno.
Dado el interés mostrado por estas I Jornadas, por un buen número de asistentes, el aforo del Centro de Interpretación Histórico José María Torrijos quedó muy pronto cubierto. El acto fue presentado por D. Samuel Prieto, que explicó el motivo de las I Jornadas de Masonería Filosófica en Málaga. Dio paso a continuación al Dr. Jesús Soriano Carrillo, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo grado 33 en España, que hizo referencia a la historia de la masonería en nuestro país, donando un libro (de una serie de 50 incunables), para la librería decimonónica del Centro de Interpretación Histórico José María Torrijos. Por otra parte, intervino D. Ángel Rodríguez-Vergara, Catedrático de Derecho constitucional de la Universidad de Málaga y Director de la Cátedra Torrijos de valores constitucionales, que trató con detalles el paralelismo y, en muchos casos, la unión de los ideales masónicos con las libertades y derechos contemplados en los textos constitucionales de diferentes países, especialmente en Europa y los Estados Unidos. También explicó los fines y logros de la Cátedra Torrijos de valores constitucionales, alcanzados en nuestra Facultad de Derecho malagueña, así como su admiración, desde muy joven, por la figura del general José María Torrijos.
Invitado a participar, el presidente de la Asociación Torrijos 1831, Esteban Alcántara comenzó su intervención vinculando lo que se estaba explicando con la propia historia del edificio de Refectorio, integrado en el antiguo convento carmelitano de San Andrés. Así, hizo mención a cómo D. Benito Pérez Galdós, un especialista en la masonería decimonónica (leer el Episodio Nacional “El Grande Oriente”), pretendió hacer un homenaje en 1911, a Torrijos y sus compañeros de infortunio, en el propio Refectorio (entonces utilizado como bodega), ayudado por la colaboración de liberales y masones malagueños. Sin embargo, aquel propósito no se llevó a cabo, debido a la enfermedad sobrevenida de la hermana de D. Benito, con la que él vivía en Canarias. Otra cuestión que trató el presidente de Torrijos 1831 es que, en contra del parecer general, en la trágica noche del 10 al 11 de diciembre de 1831, vivida en el Refectorio, de los cuarenta y nueve hombres condenados a morir a la mañana siguiente en las playas de El Bulto, sólo había un masón: Manuel Flores Calderón, catedrático de Filosofía, fundador del Ateneo en España, secretario de la Dirección General de Estudios, de la que se puede considerar primera ley general de educación dada en nuestro país: el Reglamento General de Instrucción Pública, de 22 de junio de 1821 (aquel proyecto dividido en 7 capítulo, contempló por primera vez en uno de ellos, la enseñanza de las mujeres españolas). Además, Flores Calderón fue presidente de las Cortes españolas en 1823, integrante de la Junta Liberal en el exilio de Londres y, también, de la de Gibraltar, a partir del 17 de septiembre de 1830. El presidente de Torrijos 1831 mostró a los asistentes una réplica exacta de los grilletes que padecieron Torrijos y sus liberales en su prisión, incluyendo a Flores Calderón. Añadir también, que el fraile Antonio Martín Moyano, contó que escuchó en el Refectorio decir a Flores Calderón: “El lugar donde se levanta ahora este convento, habrá un monumento para eternizar la memoria de estos próximos a morir…”. Y no se equivocó, pues hoy en aquel Refectorio, ya restaurado desde 2018, está ubicado el Centro de de Interpretación Histórico José María Torrijos, donde se explica semanalmente ante alumnos de colegios e institutos, estudiantes de facultades, colectivos culturales y de mayores, la historia, lucha y anhelos de aquellos hombres, incluyendo los de Flores Calderón, que murieron por defender las libertades y derechos constitucionales en nuestro país.







