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Guerra de la Independencia

1808.- Acabados sus estudios en Alcalá y con licencia en Madrid, José María Torrijos participa en los acontecimientos del 2 de mayo. Está en Monteleón junto a Daoiz y Velarde y es hecho prisionero por los franceses. El ayudante del mariscal Murat, Borely, le salva de la muerte. Escapa a Valencia para unirse a la resistencia que allí se está organizando y con cuyas fuerzas entra en combate:

19 de junio: puente Pajazo.
24 de junio: las Cabrillas.
26 de junio: Cuarte.

Es ascendido a sargento mayor (equivalente a comandante), ocupando plaza en el Regimiento Almansa.

1809.- Destinado con el mismo empleo al Regimiento de Infantería Soria nº 8, opera con su unidad para introducir convoyes en la sitiada Gerona. Intervino en el combate de los Ángeles y en la acción de Collsuspina, donde salvó la bandera del Regimiento.

1810.- Estuvo en la retirada de su unidad el 13 de enero, día en el que, tras una arriesgada acción personal, salvó la bandera de su Regimiento.

El día 20 del mismo mes, se distinguió por su gran valor en la batalla de Vich, por lo que fue premiado con el nombramiento de teniente coronel graduado, la medalla de distinción y la Cruz de San Fernando de 1ª Clase (cuando esta última se instituyó), pues con muy pocos efectivos tomó una batería al enemigo con un total de nueve piezas.

Durante la primavera estuvo en las acciones de Villafranca, Esparraguera, Manresa y Cervera y en el reconocimiento Agramunt.

El 12 de junio llevó a cabo una arriesgada salida de la población de Tortosa, siendo herido en las inmediaciones de la Roqueta.

A los veinte días solicitó a su superior, el general Enrique O´Donnell, permiso para salir de nuevo y, pese a las reticencias del mismo, le otorgó el mando de la primera división que salió por la derecha el 3 de agosto, fecha en la que mandaba el tercer batallón del Soria.

Tras un encuentro terrible en el que superó varias trincheras, al retirarse fue derribado de su caballo por un terrible golpe propinado por la culata de un fusil, siendo hecho prisionero. El general Suchet le hizo una propuesta para pasarse al bando francés. Torrijos no aceptó.

Prisionero en Francia, intentó la fuga en varias ocasiones, hasta que finalmente lo consiguió, pudiendo regresar, tras múltiples penalidades, a Tortosa, donde se le otorgó el mando, con el empleo efectivo de teniente coronel, del Regimiento de Infantería de Fernando VII.

Tras la acción de Plá, llegaron los encarnizados combates de Manresa, en los que Torrijos actuó como el segundo jefe de la brigada. Al morir en la lucha heroicamente el coronel de su regimiento, Torrijos asumió el mando en unos momentos muy comprometidos, salvando la situación ante las cargas de los franceses, haciendo el “cuadro” con su unidad para permitir el repliegue de las restantes.

En Falset, mandando de nuevo la brigada, le capturó cuatrocientas acémilas a los franceses, por lo que el general O´Donnell en prueba de la bizarría y el buen desempeño de Torrijos, le recibió con las tropas formadas y la banda de música.

1811.- El gobierno de la nación trasladado a la Isla de León (actual San Fernando), ordenó establecer un campamento de instrucción de reclutas, encargando al general inglés Sir Charles Doyle para llevarlo a cabo. Doyle pidió al gobierno que fuera el responsable de la instrucción el teniente coronel Torrijos, del que se había quedado admirado al ver una acción suya en la campaña de Cataluña. Torrijos llegó a la Isla y se puso a trabajar con inmediatez en la instrucción de aquellos 6.000 hombres a los que encuadró en cuatro batallones. Con ellos alcanzó un notable resultado, convirtiéndose en una fuerza bien adiestrada con la que pronto pudo contar el gobierno español.

No contento con eso, Torrijos pidió ser empleado en las salidas que, fuera de las fortificaciones y baterías situadas delante del puente Suazo, llevaban a cabo las tropas españolas. Lo hizo en muchas ocasiones, acompañado generalmente por compañías de granaderos.

Durante los meses en la Isla, Torrijos conoció a un excelente compañero: el veterano coronel Francisco Fernández Golfín, por aquel tiempo entusiasmado con las reformas del ejército que iban a ser recogidas en el texto constitucional, y en las que había trabajado profundamente. A pesar de la diferencia de edad, ambos militares congeniaron y unieron sus criterios.

1812.- Una de los cuerpos de más prestigio de los salidos del campo de instrucción de la Isla, fueron los llamados Fusileros de Doyle, otorgándosele a Torrijos el mando del mismo, a la vez que el ascenso a coronel, empleo al que ascendió el día 8 de mayo. Tenía 21 años.
Días después, Torrijos hizo maniobrar perfectamente a su regimiento, delante de las autoridades de la Regencia, dando el visto bueno el general inspector para que esa fuerza embarcara para Portugal.

Con ella partió Torrijos del puerto de Cádiz, el 15 de mayo.

Los Fusileros de Doyle y su coronel llegaron a Badajoz en el mes de junio, quedando encuadrados en la primera división del cuarto ejército.

1813.- José María Torrijos contrae matrimonio con Luisa Sáenz de Viniegra.

A primeros del mes de mayo, el ejército del duque de Wellington, formado por británicos, portugueses y españoles, prepara la última ofensiva contra los franceses.

El día 26 comienza la campaña. Wellington se coloca frente a Salamanca, el general español Morillo amenaza a los franceses en Alba de Tormes y el general Hill envuelve a la población por los vados del río.

Hill mandaba el segundo cuerpo del ejército de Wellington, cuya división de vanguardia era la de Morillo, la cual constaba de dos brigadas. El coronel Torrijos mandaba la segunda que, sin embargo, estratégicamente y tácticamente, siempre fue la que marchó en primer lugar hasta concluir la batalla de Vitoria.

En este orden de ejecución expulsaron a los franceses de Alba de Tormes, continuando el ejército aliado su progresión hacia el norte.

El la mañana del 21 de junio se inició la llamada batalla de Vitoria. A la brigada que mandaba Torrijos le cupo el honor de ser la primera en entrar en combate con las unidades francesas bien apostadas en los altos de Puebla. Un encuentro muy comprometido que se salvó tras desbordar los británicos a los imperiales por la parte norte, lo que les obligó a replegarse hacia el este, siendo perseguidos por la brigada de Torrijos hasta las proximidades del camino de Salvatierra, ya con gran parte del ejército francés en desbandada.

Por su actuación en Vitoria, el duque de Wellington propuso a Torrijos para su ascenso a brigadier, retardado solamente por envidias y recelos.

Entre los días 25 al 31 de julio, Torrijos combatió al frente de su brigada en Antoa, Orros, batalla de Sorauren, campos de Villaba, altura de Maquelea y montaña de Arrán.

Los días 9 y 13 de diciembre la brigada de Torrijos tiene un destacado papel (ya en territorio francés), en el vadeo del río Nivel.

El 20 y 24 de febrero de 1814, el joven coronel destacó de nuevo en las batallas de Geleptis y San Palas, y muy particularmente en el bloqueo de la plaza de Navarrens.

La última división que regresó a España fue en la estaba integrada la brigada de Torrijos.

Al terminar la Guerra de la Independencia, Torrijos había pasado, en tan sólo seis años, del empleo de capitán (con 17 años), al de brigadier (coronel distinguido a los 23 años).

Participó en un total de cuarenta y dos acciones de guerra, sin contar escaramuzas y reconocimientos.

Con el breve paréntesis de su cautiverio, se mantuvo en activo durante toda la contienda, con destino en las siguientes unidades:

– Regimiento Ultonia
– Regimiento Almansa
– Regimiento Soria
– Regimiento Fernando VII
– Regimiento de Fusileros de Doyle
– II Brigada de la I División del 4º Ejército

Las condecoraciones obtenidas en las diversas campañas contra los franceses, fueron:

– Cruz de San Fernando de 1ª Clase
– Primer Ejército de Cataluña
– Batalla de Vich
– Sufrimiento por la Patria (herido y prisionero)
– Batalla de Vitoria
– Batalla de Sorauren
– Vadeo del río Nivel